¡Más madera!

lunes, 7 de febrero de 2011

CONCIERTO PARA ELLOS*

“…por Janis, Lennon, Allman, Hendrix, Bolan, Bonhan, Brian y Moon…”
 Así homenajeaba Barón Rojo a sus ídolos desaparecidos hace casi treinta años. ¿Os imagináis tener que escribir una letra así hoy día? La lista sería interminable.
Si os digo la verdad no tenía pensado escribir nada sobre las recientes muertes que han sacudido la escena rockera, pero el fallecimiento ayer de Gary Moore me ha hecho pensar y quería compartirlo con vosotros.
La última obra del genial Moore
Cuando el virus rockero empezó a correr por mis venas solo dos posters fueron inamovibles de la pared de mi habitación, uno era Yngwie Malmsteen, el otro Gary Moore. Le debía al menos una mención el día de su muerte.
Pero no quiero hacer un homenaje, comentar su fuerte influencia sobre toda una generación de guitarristas, etc., etc., ni ser uno de tantos fariseos que después de ponerle verde durante sus últimos años de vida por su agrio carácter ahora se apuntan a la lista de halagos hacia el mito. Lo que quiero es reflexionar sobre este torrente de desapariciones de grandes músicos, porque salvo casos como el de Peter Steele (Type O Negative), Steve Lee (Gotthard), Paul Gray (Slipknot), o The Rev (A7X), que se nos han ido a una edad temprana y por distintos y desgraciados motivos que los han elevado al olimpo rockero, como ocurriera en su día con Randy Rhoads o Kurt Cobain, los demás… tíos, permitidme la expresión, se están empezando a caer de maduros.
Ronnie James Dio


Dejo a un lado el caso de Moore, del que todavía se desconoce el motivo de su muerte y que todavía no había puesto el seis en las decenas de las velas de la tarta de cumpleaños, pero partiendo de Dio, víctima del cáncer a los SESENTA Y SIETE años, deberíamos empezar a acostumbrarnos a estas noticias. No a que el cáncer ataque a nuestros ídolos, como ocurrió también hace poco con Phil Kennemore (Y&T), lo que también está empezando a ser habitual, sino a que la gente que hemos admirado durante treinta o cuarenta años llegue al momento en que la naturaleza dice “hasta aquí”. Nos dará pena y lloraremos, claro que sí.
The Rev

Vuelvo a recordar aquella pared de la habitación de mi niñez y seguro que no es muy diferente a la que tienen los chavales de hoy: estaba Ozzy, Dio, Judas Priest, Led Zeppelin, Deep Purple, Kiss, Alice Cooper, AC/DC, los Stones… ¡que hace veinte años ya estaban mayores!
Después de estos aparecían Iron Maiden, Metallica, Megadeth, Anthrax, Helloween, Guns n’Roses, Mötley Crüe, incluso admito que estaban Bon Jovi y Poison… ¿Dónde está la generación que tiene que sustituir a estos en la labor de llenar estadios y ser cebo de grandes festivales? 

Paul Gray
Pasando por encima de la generación grunge, que se ha envejecido a sí misma, y la moda de Limp Bizkit y Linkin Park que ahí han quedado… ¿de verdad nos tenemos que conformar con, y encomendar a, Slipknot y SOAD? O lo que es peor, ¿A Marilyn Manson? Perdonad que me haya desviado un poco del tema, pero me jode que Bullet For My Valentine, 30 Seconds to Mars, The Answer, o Airbourne por ejemplo nunca vayan a llegar a ser lo que han sido los que antes nombraba, ni a encontrar esa complicidad con el público.

Steve Lee
Lo que decía:
¿Cómo no vamos a estar año tras año lamentando el fallecimiento de grandes nombres?

De la generación anterior tenemos en un altar a infinidad de músicos a un nivel similar ¿o es más Halford que Klaus Meine, o Lemmy que Steve Harris…? A poco que se pongan de acuerdo la estadística y las enfermedades o el resultado de años y años de excesos podemos estar instaurando el “Día Oficial del Rock” (como se quiso hacer con el día que murió Dio, y no me pareció mal) hasta que le llegue el turno a Keith Richards, que seguro que será el último en caer.

No pongo en duda que se merezcan absolutamente todo, homenajes, aniversarios por todo lo alto, un recuerdo diario, lo que me jode es ver cómo la lista de caídos se incrementa, cómo la vejez empieza a inundar los escenarios, y que el rock no parece regenerarse con la llegada de nuevos ídolos. Motivos:
Phil Kennemore
Que no queremos saber nada que no sea Iron Maiden y Metallica (es un ejemplo, por citar dos bandas) y que a cualquiera que despunta le ponemos todas las pegas posibles, que si eso no es rock, que si eso no es metal, que si no tienen el espíritu de los de antes… Pues eso es lo único que nos va a quedar, el espíritu de los de antes.
Si solo lloramos a nuestros muertos y no preparamos a los jóvenes para la batalla estamos perdidos.
Recuerdo para terminar un diálogo de un capítulo de Padre de Familia (Family Guy). El hijo mayor le pregunta a la madre: “mamá, ¿qué es Kiss?”, y esta le responde: “la música que escuchan los papás y las mamás”.
Me hizo gracia y daño a partes iguales.
Peter Steele

Que nos esperen todos muchos años en el infierno, aunque casi parece que el Diablo está preparando un festival cojonudo para celebrar el fin del mundo en 2012, los nombres que se está llevando forman mejor cartel que cualquiera de los que veremos este verano.




¿Y en España qué? Lo hablamos un día de estos.
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*canción de Barón Rojo, 'Volumen Brutal', 1982

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