¡Más madera!

lunes, 17 de enero de 2011

¿CÄSTIGO DE OZ?

(Días antes del concierto de Mägo de Oz que debía tener lugar en la Plaza de Vistalegre, Madrid, se cambia la ubicación a la sala adjunta, The Box, pasando de un aforo de casi 15000 a más de 2000. Se lió una buena, esto motiva la siguiente reflexión):

Recuerdo que cuando lanzaron ‘La Ciudad de Los Árboles’ tuve oportunidad de reunirme con cuatro de los mägos principales –Txus, Moha, Frank y Carlitos- en las antiguas oficinas de su compañía de discos. Una de las últimas preguntas que les hice fue: “¿se acerca la hora de ver a Mägo de Oz solo en las grandes capitales?” La respuesta fue que no, que cualquiera que quisiera ver al grupo tendría la oportunidad de hacerlo por todo el país, allá donde los llamaran ellos irían. Así ha sido hasta el día de hoy.
De esto hace ya tres años largos, y el motivo de que esta entrevista haya vuelto a mi cabeza ha sido la última bofetada que el público madrileño le ha dado al que se sigue suponiendo que es el grupo más importante de rock duro del país.
Hace unos días visité la Plaza de Vistalegre con motivo de una fiesta y no evité pasar por la flamante sala The Box que se ha creado en uno de sus rincones. (Algo paradójico en un edificio redondo).
La sala es fantástica y, más o menos, es lo que Madrid necesitaba: un recinto con capacidad para acoger a unas dos mil personas, prácticamente diáfano –solo estorban un par de columnas en el lado derecho- de paredes limpias, oscura, escenario alto… lo que llevábamos pidiendo desde que nos cerraran el mítico Aqualung. Pero no es sitio para alguien que tenía intención de tocar en el foro central, lo que propiamente dicho es Vistalegre, donde caben casi quince mil almas.
Se montó la marimorena, estaba claro. A dos días del concierto cambian el recinto (de 15000 a 2000 la diferencia es…) y casi les ha venido mejor, porque de lo que se ha hablado es de la gente que con la entrada en la mano se quedó en la calle, de los que no vieron nada porque se tuvieron que quedar tras las citadas columnas, del cambio repentino, de que la banda también estaba cabreada con lo que pasaba, de que uno de los teloneros no pudo tocar… de todo menos de que Madrid le volvía la espalda a quienes otrora fueran sus hijos rockeros predilectos.
¿Motivos? De todos los colores:
Carlitos y Frank en el GranitoRock'10
1.- Seas lo heavy que seas la navidad es la navidad, y ese día o le pilló a la gente en el pueblo, o de vacaciones, o ahorrando para comprarle el peluche a el/la novio/a.
2.- El final de la trilogía ‘Gaia’ no ha sido todo lo espectacular que se esperaba, que era mucho y desde hace mucho también.
3.- La tontuna que tienen algunos rockeros/heavys con Mägo de Oz, lo que siempre se cubría con el seguimiento de los más jóvenes.
4.- Que en la promoción de esta última parte ya han anunciado que habrá una gira de toda la trilogía y este último concierto quedó muy eclipsado y poco promocionado mediáticamente. (Algo que nunca habían necesitado, por otro lado).
5.- ¿La crisis? Sí, pero unido a dos de los motivos principales. Que se ha perdido una de las motivaciones de ir a ver a Mägo de Oz y que estamos “hartos” de verlos. Desarrollaré estos dos últimos:
La motivación que ha perdido ver a Mägo últimamente es la que tenían los muchos que han crecido con el grupo pero que sus últimas creaciones no les convencían tanto. Hablo del espectáculo. Con una razón de peso como es la crisis, no encarecer las entradas, etc. Mägo de Oz decidió prescindir de toda la parafernalia escenográfica que les había acompañado desde tiempos de… ‘Finisterra’, más o menos. Punto de discordia también para sus seguidores, pero algo que siempre había puntuado a su favor, siguiendo la máxima de un grupo que siempre se ha distinguido por pensar a lo grande, que siempre ha querido ofrecer lo que nos ofrecían las grandes bandas internacionales: su música acompañada de un gran espectáculo. Lo fue el barco, la catedral, el cementerio… Aliciente perdido en la última gira = menos gente interesada. El objetivo de que verles fuera más asequible aplastado por quienes prefieren pagar más por mucho que menos por lo justo.
El otro punto importante no es que estemos hartos de ver a Mägo de Oz (que habrá quien sí), me refiero a que con la idea que comentaba al principio (que cualquiera podría verlos en cualquier punto del estado), sus actuaciones se han devaluado, y si el disco no ha llamado a la peña, si no hay espectáculo que sorprenda y si ya los has visto en tu ciudad, en verano en un festi, o algo así, el cierre de gira en Madrid pierde todo incentivo que pudiera tener para la entrada anticipada (la base para que el concierto se celebrara en la pista central o en la sala pequeña).
Siguen congregando a más gente que cualquier otro grupo de rock español, eso está claro, pero la comparación con el enorme acontecimiento que es cualquier aparición de los mägos en Latinoamérica desde luego que es odiosa.
Mientras allí sus actuaciones son eventos comparables a cuando nos visitan AC/DC o los Stones a nosotros, llenando cualquier recinto que se les ponga por delante (lo último el Auditorio Nacional en el D.F.), aquí seguimos abrazándonos a cualquier defecto o crítica para no tomarlos como el gran grupo que han logrado ser, por encima de esos mismos defectos y esas mismas críticas.
Txus en el GranitoRock'10
La próxima gira de Mägo de Oz cerrará el capítulo de la trilogía casi ocho años después de su inicio, seguramente que ahí su público vuelva a responder, y las lágrimas de los más jóvenes que se quedaron sin verlos en The Box se enjuaguen, siempre que puedan asistir al concierto, porque en Madrid “la Esperanza*” es lo último que se pierde.
¿Se recuperará el espíritu del espectáculo en los conciertos de Mägo de Oz? ¿Sus discos volverán a llamar a las masas por sí mismos? Es muy posible, pero lo que es seguro es que, si quieren seguir pensando a lo grande, como hasta ahora, deberían empezar a debatir si, efectivamente, ha llegado la hora de solo hacer grandes foros, antes de verse como los Ángeles del Infierno, en un exilio más o menos voluntario allende los mares.

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*Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid que prohibió la entrada a los conciertos a los menores de edad.

(Las fotos son mías, por cierto)

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