¡Más madera!

miércoles, 29 de junio de 2011

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA*


Pues sí… no quería meterme en estos temas, pero los últimos acontecimientos casi me han obligado a hacerlo.
Los hechos tampoco son tan graves, no es que haya muerto gente ni nada por el estilo, pero son cosas que hacen reflexionar, subrayando el momento en el que ocurren como chispa que ha encendido otro poquito de indignación… diferente.
En el siguiente enlace podéis ver la noticia de la que estoy hablando, aunque, como decía, solo es una pequeña chispa que ha hecho que me siente a escribir.
Pienso intentar no ser demasiado descarado respecto a mis tendencias políticas, pero va a ser muy difícil, además, no creo que haya muchas dudas al respecto para quien me conozca mínimamente o se de una pequeña vueltecita por el blog.
El caso es que una vez más parece que en este país tenemos que ir dando bandazos cada cuatro años (con suerte). Cuando nos va bien en lo económico nos quejamos de lo social, cuando lo social se va corrigiendo la economía nos estrangula, y estas situaciones las identificamos con determinados partidos políticos, los dos que se vienen repartiendo el pastel desde hace tres décadas.

Yendo a lo que este blog quiere tratar, que es el Estado de la Nación Rockera, las últimas elecciones (municipales y autonómicas) nos dejaron, además del esperanzador (pero fugaz) movimiento 15M, una aplastante victoria de la derecha, del Partido Popular, y parafraseando al gran Fernando Fernán Gómez en la impresionante obra ‘Las Bicicletas Son Para El Verano’ (y al no menos grande Agustín González que es quien lo dice en la película), una vez más, “no ha llegado la paz, ha llegado la victoria”. Y es que el término “victoria” es el más preciso para denominar lo que pasa en España cuando un partido se hace con el poder, ya que desde ese momento pasa como en los equipos de fútbol con los entrenadores, el que estaba había fichado a 8 jugadores y cuando ese se va al que viene esos no le valen y quiere a otros 8… y al final el equipo, el Estado Español en este caso, es quien lo paga. Con los planes de estudios es con lo que mejor se ve, que ya no sabemos ni lo que estudian los chavales actualmente.
Ya me he desviado del tema. Pero vamos, tampoco tanto. Lo que creíamos que no iba a pasar tan descaradamente ha empezado a suceder. Si ya el golpe que se han pegado unos cuantos festivales de los que hasta hace unos años anegaban la geografía estatal había sido importante, el reciente cambio en la dirección de algunos ayuntamientos ha empezado a retratar a sus dirigentes, afectando, por ahora, a dos de las citas importantes del verano rockero.

Lo que iba a ser...
La primera sorpresa nos la llevamos con la cancelación del GranitoRock, festival gratuito que año a año, edición tras edición, ha puesto en el mapa a Collado-Villalba, ganando prestigio y llevando a la localidad madrileña a decenas de miles de personas. Un festival que además de ir ganando en calidad y que desde hace unas cuantas ediciones se había lanzado a traernos a figuras internacionales, se había convertido en un referente para las bandas noveles y underground que encontraron en él su oportunidad de presentarse ante un gran público, una lanzadera que no pocos han agradecido, tanto bandas como los que disfrutamos de ellas. Pues bien, ninguna de estas cualidades han servido ante el razonamiento de que (no literalmente, en resumen) “salía caro a corto plazo” aportado por los nuevos gobernantes. Por lo que parece la organización ha logrado que se celebre una jornada reducida de lo que iba a ser el festival dentro de las fiestas patronales del lugar, pero la semilla anti-melenudos parece haber sido sembrada.

En el segundo caso finalmente no ha llegado la sangre al río, pero puede ser de lo más significativo. Me refiero al Leyendas del Rock, que apelando al romanticismo diremos aquello de que “recupera su espíritu nómada”, pero no creo que fuera lo que esperaban sus organizadores, que se han encontrado con el “después de jodido nada de lo prometido” por parte del nuevo consistorio de la localidad que en los últimos años acogía un festival que se ha convertido en el valuarte de los amantes del rock/heavy clásico en un principio y más tarde de las bandas nacionales en general (también más o menos).
Cartel que va a Beniel
El festival se traslada a la localidad de Beniel, vale, pero lo que hace que sea muy destacable este cambio es la desaparición también del espíritu que llevó a que el Mar Menor pasara a denominarse en el mundillo el Mar Rojo, dada la ideología de los gobernantes de aquellos municipios costeros que tantas alegrías han dado a la temporada estival rockera.
No soy tan iluso de pensar que no hay peperos rockeros al igual que hay socialistas más pijos-progres que otra cosa, pero el descaro de los dos casos comentados es de señalar y desde luego que la pinta que tienen los nuevos “elegidos” en la cima de las listas peperas no auguran demasiadas alegrías para la “marea negra”*.

Evidentemente no estamos hablando de un sibarita Azkena, o de un multitudinario ViñaRock o acaudalado Sonisphere, EnVivo… pero precisamente por eso es por lo que destaca la falta de apoyo a la cultura y, pensándolo fríamente, a la economía de localidades que hacían sus agostos particulares con la llegada de estos festis (excepciones las hay claro está).

Imagen de Intereconomía
Vuelvo ahora a la breve reflexión política… si me lo permitís. Pocos días antes de las elecciones un presunto canal de televisión a la derecha de la derecha trató de emitir con éxito una entrevista en la que nos querían hacer creer que un pijotero con jersey al cuello era uno de los integrantes de las manifestaciones que se dieron en las principales ciudades españolas (Barcelona en este caso), bueno, que se había acercado por allí para ser exactos. Este, tras destacar el olor a porro (qué cosa tan grave) y decir que creía que no había que votar ni a PP ni a PSOE y que estaba de acuerdo al cincuenta por ciento con los manifestantes, para darle algo de credibilidad, proponía que nadie fuera a votar, que hubiera “una abstención gigante”… y es que eso, con el sistema electoral que tenemos, es lo que quiere la derecha.
Ellos, los de derechas, no van a fallar nunca y todos votan al mismo partido. Ese ha sido y será siempre el gran fallo de la izquierda, la desunión por pequeños detalles que lo único que hacen es dividir la voz del pueblo… y, claro, que el partido de izquierdas mayoritario no sea de izquierdas… y eso de “paso de votar, que les den a todos”, pues bien, eso es un voto directo a la derecha, porque ellos no fallan. Fijaos en el caso asturiano, como el señor Cascos se enfurruñó con sus colegas peperos e hizo otro partido de derechas los votos se dividieron y ya la cosa no estaba tan clara, aunque luego se pacte… y se pacte.

No digo que no se mereciera un palo el socialismo español, pero de ahí a regalar las cosas a políticos que solo piensan en anclarnos en pensamientos arcaicos… porque la crisis no la arreglan los políticos, la gestionarán mejor o peor, pero la solución no está en cambiar cromos sin criterio en los sillones de los distintos despachos.
Pero esta ya es otra historia de la que todos creo que hemos sacado alguna lección este año. Esperemos que en las elecciones generales (sean en marzo o en otoño) se imponga el “sentido común” (queden claras las comillas)… ese que lleva a pensar “si ya me daba vergüenza tener a Zapatero de presidente imagínate a Rajoy”… y que el cambio o el no-cambio por así decirlo (porque tampoco queremos la continuidad) no afecte a nuestros intereses sociales y culturales (los económicos…). En Madrid, por ejemplo, ya sufrimos el mal de la prohibición de la entrada a menores a conciertos de rock, de lo que ya os hablé aquí… esperemos que no sea contagioso.


*término con el que hace un par de años se empezó a conocer a la muchedumbre rockera que inundaba las calles de las localidades donde se celebraban festivales.


*Canción de Golpes Bajos, de su Ep homónimo de 1983

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