Bienvenidos de nuevo hermanos. Lo primero que me gustaría hacer antes de contaros una nueva historia es disculparme (si hasta los reyes pueden…) ante todos los que habéis entrado al blog en los últimos meses (cómo pasa el tiempo) sin encontrar nada nuevo que leer… disculpadme por todo el tiempo que os he tenido abandonados, pero han sido causas de fuerza mayor (de la mayor de las fuerzas, más bien) las que me han apartado del teclado.
Dicho esto… érase una vez…
…pues érase una vez un joven estudiante andaluz cuya pasión por la música de vanguardia le llevó a patearse medio mundo y sobrevolar el otro medio para difundir la música y la palabra rockera… un día decidió fundar una revista… y de esto se cumplieron el pasado fin de semana 30 años.
El que escribe estas líneas ha tenido el honor de pisar la casa del Mariskal Romero durante casi una década y dicha celebración fue la mejor excusa para volver a la calle y disfrutar de la compañía y la música en directo.
La carta de presentación no podía ser mejor, o eso pensaba un par de semanas antes del evento, porque sí que mejoró con un aliciente especial por cada una de las actuaciones que pudimos disfrutar.
Dicen que el aleteo de una mariposa en Ciempozuelos puede causar un huracán en Melbourne (o algo así) y los últimos movimientos en el camino de baldosas amarillas, como si del mercado de fichajes futbolero del verano se tratara, provocó el huracán que casi nadie se esperaba.
Desde el anuncio de que Jose dejaba de ser la voz de Mägo de Oz (quién no empezó a escuchar a esta banda por su alucinante vocalista por aquel entonces) las especulaciones sobre el nombre de su sustituto han apuntado solo en una dirección, quizá en alguna más, pero el nombre de Leo Jiménez se iluminó en la mente de más de uno… y creo que en la de cierto batería también.
Ahí surgían dos corrientes de opinión: la primera la de los románticos que siguen creyendo en las bandas de colegas, en el orgullo del proyecto propio y en la diferencia entre el éxito y la autenticidad y el compromiso… estos no veían con buenos ojos a Leo (tan odiado como querido y respetado en todos los aspectos) como frontman de Mägo de Oz. La segunda corriente es la de los que son conscientes de que Leo ya lleva muchos años esperando en el umbral que divide el poder vivir al cien por cien de la música y eso, aunque sea como herramienta de la obra de otro (las bandas a ese nivel ya no son bandas, son empresas), es difícil de rechazar…
Esto no deja de ser un rumor, fuerte, viendo el agua que lleva el río más que escuchándola… pero lo que realmente pasaba era que Leo anunciaba su salida (o como lo quieras llamar) de 037 y el resto, más bien Ix acompañado de Matt de Vallejo, decidían continuar con ese proyecto, algo que muchos hemos visto como si Zakk Wylde hubiera continuado llamando Ozzy a una banda en la que ese cantante ya no está… el caso es que 037 (ya no le demos la vuelta al nombre) nos presentaba a su nuevo vocalista… y a un bajista viejo (Marcos Miranda) ya que Sergio Martínez también anunciaba que dejaba el grupo… y todo a la vez que Kiskilla y PERI hacían lo propio en Mägo de Oz (la cosa parece cada vez más blanca y embotellada ¿verdad?).
El programa continuaba con una de las pocas veces que se va a ver a Bürdel King antes de su salto de charco, por lo que aquí teníamos a Txus alterando la cosa un poco más, y ya junto a Sergio Martínez (yo no digo nada).
Luego, y anunciado pocos días antes, se presentaba el nuevo caminar de Leo Jiménez como solista y para terminar teníamos la presentación de un nuevo tema del todavía inédito nuevo álbum de Saratoga y la única actuación enchufada de Obús este año… dale un par de vueltas con la paleta del Mariskal presentando el evento y la entrega de premios y el quilombo (como a él le gusta decir) está montado.
La sala estaba prácticamente llena desde el primer momento y acabaría llenándose por completo, todo era interesante.
Para empezar Andy Martínez, la nueva voz de 037. El que para mí era uno de los más ilusionantes proyectos creativos de nuestro rock actual continúa y ahora habrá que ver cómo, pero en la forma hay pocos cambios. Andy va a tener que lidiar con una comparación obligada con Leo en la que hasta que los años vayan pasando va a salir perdiendo, ¿por qué? Porque tanto física como vocalmente es casi un clon de La Bestia… y creo que los nervios de la presentación tampoco le ayudaron.
En lo importante su voz copia directamente los registros de Leo y siguió en cada canción el patrón marcado por este, todo salvo que llegando alto no llega tan alto y que aun teniendo los registros adecuados le falta la transición entre ellos que es de lo que Leo puede presumir, por poner un ejemplo gráfico Andy hace: a---A!!! y Leo hace: ªªªaaaAAA!!! Pero viendo lo que Andrés hace actualmente es más que posible que nos encontremos ante otro portento del micrófono que perderá los nervios y se acoplará a la magnífica compañía que ahora tiene (a falta del nuevo bajista). Y si deja de moverse como Leo ya perfecto, aunque eso será difícil si durante mucho tiempo le ha tenido como referente.
Temas como “Tantas Vidas” con el que abrieron, “Héroe”, el sentido que ahora adquiere “Los Fuertes Sobreviven”, o el ya clásico de la banda “Bella Julieta” y el cañón “Desde el Ataúd”, necesitan el toque personal de su nuevo vocalista para que se mantenga el espíritu de calidad, desinhibición y potencia rockera que destilaba el proyecto que ahora lidera un Ix Valieri al que vimos ansioso por querer seguir adelante y agradecido al numeroso público que les estuvo apoyando desde el primer momento. Puliendo un par de cosas al chaval la banda volverá a ilusionarnos.
Sería Mariano Muniesa el encargado de presentar a Bürdel King con una frase, supongo que cómplice y buscando la coña, porque no se lo cree ni él ni nadie, ya que el disco nos ha dejado bastante que desear a la mayoría: “una banda que si hubiera nacido en Los Ángeles junto a Motley Crüe hubiera sido tan grande o más que ellos”… en fin, una provocación más de esas que nos gustan.
Ahí teníamos a Frank, Anono, Javi Díez (¿nuevo teclista de Mägo? Ya veremos), Sergio Martinez (¿nuevo baj…? jejeje), Alberto Marín y finalmente Txus con una explosión de pieles de leopardo, cebra y cuero negro que haría temblar a cualquier ecologista. Eso sí, vuelvo a decirlo, eso se puede hacer, pero les queda taaan forzado y desordenado… que parece que tienen un cubo lleno de ropa ochentena y antes de salir al escenario se lo echan por encima y que caiga lo que sea… Lo que importa, la música… servidor ya dijo en este blog su opinión de la presentación acústica, las canciones que pretendían ser canallas y pendencieras parecían de catequesis… nada que ver una vez que la electricidad pasa por sus manos, aunque haya temas que me sigan pareciendo más propios de ‘Héroes de Pacotilla’ que de Motley Crüe.
La voz de Txus no desentona tanto, incluso le queda bien a este estilo más macarra y llego más lejos al afirmar que el tema con el que se despidieron (ante la atenta mirada de Jose y Peri a los que tuve muy cerca) “Mi Nombre es Rock’n Roll”, me gustó más en la interpretación de Txus, para tal momento bien acompañado de un par de streapers. Pero lo mejor de la actuación fue, sin duda, el momento en que el propio batería-cantante-showman nos regala la presencia central de Patricia Tapia (esta sí que si fuera americana la tendríamos hasta en la sopa) y a su vez ella nos regala su voz con una interpretación enorme del “Proud Mary” de la Creedence. Momento de máxima altura en este vuelo. “El Sexorcista”, “Esta Noche Huele a Rock’n Roll” o “665” dejaron contentos a sus cada vez más numerosos fans, quizá consiguieron alguno más y confirmaron las críticas de sus detractores, porque tampoco es que vengan a engañar a nadie y eso el morboso Txus también lo agradece. Dejo a su libre interpretación (a mí me hizo gracia) que tras el primer tema nos hiciera sonreír (eso lo consigue siempre) diciendo “está la cosita tensa” haciendo alusión al obligado encuentro en camerinos de todos los protagonistas citados antes.
La presentación de Oscar Sancho no pudo hacer más justicia, ni leerme más el pensamiento, con Leo Jiménez y su nuevo caminar en “solitario”. Es el mejor cantante que tenemos, de eso no hay duda, luego ya de gustos…
Entrecomillaba lo de “solitario” porque, como siempre ha dicho el propio cantante, tiene la suerte de estar muy bien rodeado de amigos y estos ser muy buenos músicos. Para la ocasión nos presentaba (ni más ni menos, al loro la banda) a Edu Brenes (Skunk D.F.) a la batería, Edu Fernandez (Khael, Stravaganzza, Skizoo…) al bajo y el resurgir de Antonio Pino (Ankhara) a la guitarra, ahí es “ná”.
Me sorprendió agradablemente mirar a un lado (no del escenario, al lado mío) y ver a Valieri apoyado en una columna atento a la descarga del que hasta hacía tan poco había sido su pareja artística, incluso siguiendo los temas con interés y quiero pensar que cierta nostalgia.
Como no podía ser de otra forma, y con unos gestos de humildad y casi diría de cansancio emocional superados con cada tema, la banda nos voló la cabeza con un pequeño repaso a la carrera más reciente de Leo: “Condenado”, “En Tu Habitación” y “Volver” como compromiso reiterado final demostraron quién sigue siendo la voz del rock y el metal a este lado del Missisipi. Jiménez quiso dedicar la actuación a dos personas con las que le hubiera gustado compartir escenario esa noche… Sergio y Matt, no hay que decir más. Actuación breve (¿dos veces buena?) y como suele decirse “fuera de concurso”, pero muy elocuente en sí misma, para dar paso a lo que se suponía que sería uno de los platos más fuertes de la noche antes del huracán 037/Leo, hablamos de Saratoga y su presentación en primicia de un tema perteneciente a ‘Némesis’, su nuevo disco.
Con el análisis de vocalistas que llevábamos no se me pasa decir que Tete Novoa se ha convertido en uno de los grandes. ¿No estaba claro? No, para mí en sus inicios con Saratoga dejaba alguna duda, pero la evolución que ha tenido es la que le deseo a Andy Martínez, porque tiene que seguir esa misma estela, cubrir el mismo puesto y dar su propio toque.
Los de Niko del Hierro volvieron a demostrar que los que les dan por perdidos en la lucha por el trono metálico que una vez ostentaron se equivocan, aunque se les da tan por supuesto que casi ni se les tiene en cuenta.
“Luna Llena” impresionante, “No Sufriré Jamás Por Ti” incendió toda la sala y personalmente me gustó escuchar un recuperado “Contigo Sin Ti”… el estreno de “Juicio Final” a la espera del juicio del tiempo y la escucha más serena, nos dejó algo fríos, por la novedad y por el parecido a simple vista a todos los singles que Saratoga ha sacado en la época post-Jero. Pero la actuación fue de diez, profesionalidad al máximo sobre el escenario toda la noche, eso se agradece.
Para terminar los ganadores del mejor directo del año, Obús, la banda más veterana que sigue demostrando lo que es el rock, cómo entender el heavy metal sobre las tablas y hacer que eso se traduzca en sensaciones en el público lejos de egos, problemas personales e idas y venidas en las bandas. El estado de forma de Paco y Fortu diría que deja de sorprender, pero no es verdad, a mí me sigue sorprendiendo y todo ocurre mientras te caen encima clasicazos increíbles como “Dinero, Dinero”, “Te Visitará La Muerte” o los que ya son más nuestros que suyos, como el que despidió la fiesta por todo lo alto con las tres generaciones de cantantes de Saratoga sobre el escenario compartiendo micrófono, casi todos los protagonistas de la fiesta ante nosotros y Oscar Sancho haciendo suyo el himno “Vamos Muy Bien” junto al maestro Fortu. Conociendo al “Lujurioso” seguro que habrá sido uno de esos momentos que se llevará a la tumba en el primer plano de la memoria, desde luego, como fan una vez más, yo así lo haré. Gran fiesta, grandes momentos. Enhorabuena a la revista que nos ha acompañado a algunos durante toda nuestra vida y que así espero que lo siga haciendo. Sea como sea, siempre por el “rock-puro-rock”.